miércoles, 13 de junio de 2012

XVIII. EL CAMBIO.


Paisaje Interno - Humanizar la Tierra. Silo.

Miremos hacia atrás por un instante. Consideramos al ser humano en total ligazón e influencia con el mundo. Dijimos que su acción se manifiesta en el paisaje externo, de acuerdo a cómo se va formando su paisaje interno. Esa acción es variada, pero lo que define a una vida es su actividad contradictoria o unitiva. Por otra parte, la contradicción invierte a la vida y produce sufrimiento, contaminando con él al mundo. Los actos de unidad abren el futuro, haciando retroceder el sufrimiento en uno mismo y en el mundo.

"Humanizar la Tierra" es lo mismo que "dar" en actos unitivos. No puede tener sentido más que provisional, todo objetivo que concluya en el recibir. Su destino es conducir a la contradicción.

Existe una gran energía que puede ser movilizada al servicio de la vida, es la fe. También, en el paisaje interno, se mueven otras fuerzas que motivan la actividad hacia el paisaje externo, son los "modelos".

1. Definitivamente, la pregunta es ésta: ¿Quieres superar el abismo?
2. Tal vez quieras hacerlo. Pero, ¿Cómo tomarás una nueva dirección, si el alud ya ha sido desprendido y en su arrastre suma lo que encuentra?
3. Cualquiera sea tu decisión, resta saber con qué medios y energía contarás para poder ejecutar el cambio.
4. Aunque tu elección sea muy tuya, quisiera indicarte que cambiar la dirección de tu vida, no es cosa que puedas realizar solamente con recursos de trabajo interno, sino actuando decididamente en el mundo. Modificando conductas.
5. Suma a la tarea tu medio inmediato (ese que influye decisivamente sobre tí y sobre el cual tú influyes) ¿Y cómo lo harás? No hay otro medio que éste: despertar la fe en que la conversión de la vida invertida es posible.
6. Éste es el punto en que te dejo. Si te dispones a modificar tu vida, transformarás el mundo y no triunfará el abismo, sino aquello que lo sobrepase.


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